Maria como todas las noches esperaba el momento justo para detener al taxi y decirle lo rutinario: "a Sor Juana esquina con Pantitlan", su ya gastada gabardina negra no daba señas de ser vieja en la oscuridad, al contrario, en la noche, de lejos cualquiera pensaría que Maria íba a una fiesta, cosa totalmente falsa, pues lo único que hacía era ganarse el pan y la coca.
Llego la primera victima de la noche, era un volks wagen ecologico de esos que tanto odiaba y se subió, el chofera era un tipo gordo con barba de unos 4 dias y olía a sudor, vestia un pantalon gris ajustado y una camisa blanca con los dos ultimos botones del pecho abiertos, dejaba ver una cadena con un cricifijo y su forma de hablar era vulgar, "pa done la llevo señito?" preguntó el chofer, "Sor juana y Pantitlan por favor", sin más palabra y Maria ya sentada en el asiento trasero el chofer se dirigió al lugar subiendo el volumen de su radio que vomitaba una cancion de Banda el Recodo, "puede bajar el volumen por favor?" dijo Maria con un tono un poco molesto, ella siempre había preferido musica como Bon Jovi o Aerosmith, consideraba a la musica de banda como vulgar y para "taxistas", choferes de micro, y tortilleras, oficios de poco nivel segun ella. Al llegar al lugar, vió lo rutinario, gente saliendo del Table Dance y del Bar, al otro lado gente comiendo en Kentuchy Fried Chicken y gente saliendo y entrando de Block Buster con los últimos estrenos de Hollywood en sus manos,"servida joven", dijo el gordo taxista, Maria sin pensarlo mucho se descubrió la gabardina y mostró una camisa rasgada con manchas de pintura simulando ser sangre y una falda subida mostrando rasguños falsos en sus piernas, "dame todo tu dinero o salgo y grito que me quieres violar cerdo", dijo Maria convencida pero con una frase memorizada y rutinaria, "ni madres" dijo el gordo asustado pero con un dejo de coraje, en ese momento Maria comienza a gritar histerica "Auxilio, ayudenme me quieren violar ayudenme!", el gordo tuvo que ceder y darle el dinero, era una cosa facil para Maria, lo mejor era cuando el dinero pasaba de las manos sudorosas y duras del gordo a la mano suave y lisa de Maria. Se tapo la gabardina y salio del taxi como si nada hubiera pasado, por suerte las personas que compraban en la pasteleria El Globo y escucharon el grito, vieron que no pasaba nada dentro al ver a Maria caminando tranquila y encendiendo un cigarro.
Era cuestión de caminar unas cuadras más y parar a otro ingenuo taxista, no pasaron mas de 20 minutos para que otro taxi verde y ecologico parara frente a la silueta agradable que timida levantaba el brazo haciendo parada al taxi, el taxista tenia un aspecto malo, era moreno, de mirada fuerte y muy serio, iba con pantalón y camiseta negra, "con peores tipos me he topado" pensó Maria, "a Sor juana y Pantitlan por favor", el chofer era tan serio, parecia preocupado, o simplemente indiferente, no lo podía saber, pero ella se concentro en su trabajo. Las luces del Table Dance comenzaban a distinguirse y Maria preparaba su discurso, al orillarse el taxi a la banqueta Maria se descubrió la gabardina y dijo lo de siempre "dame todo tu dinero o salgo y grito que quieres violarme, hijo de puta", el taxista paracía resignarse tan pronto, ni Maria misma lo creyó, pero no era así, en lugar del dinero el taxista había sacado un revolver debajo de su asiento, agil y rapido, sin decir palabras encañonó a Maria y la paso junto a el, del lado del copiloto que no tenía asiento, hincada y aterrada de sentir el duro cañón en su cabeza solo se agachó y pidió a Dios que ese maldito la dejara con bien, el taxista arrancó y llegaron a una calle obscura y solitaria en la que para colmo de Maria no servía el farol. El taxista se desabrochó el pantalón y se lo bajó hasta las rodillas, pasó el revolver a su mano izquierda y con la derecha tomó agersivamente a Maria de los cabellos y la acerco hasta su flacido pene que pronto se endurecería, "chupamela perra, con que querías pasarte de lista conmigo no?, pues mira lo que les pasa a las zorras como tú", fue una venida rapida, el taxista dió un bofetón en la cara de Maria y le dijo que saliera, Maria humillada y con semen en los labios salio aterrada pero dando gracias a Dios de que la hubiera liberado de tal peligro, el taxi se fué. |