En un barrio de Bogotá, un señor pensionado de 68 años, viudo y vive solamente con un viejo perro.
El viejo se duerme.
Y en sus sueños recuerda apartes de su vida como su primera comunión, su boda, su foto con los compañeros de trabajo, el día del entierro de su esposa. Despierta ofuscado, y ya es de día. Lentamente se pone en pié, y sale a la puerta a recoger el periódico. Al entrar, vé la correspondencia en el suelo. Recoge las cartas, buscando una en especial. Al hallarla la abre y lee apurado.
La carta dice que ya no le pagarán más la pensión por ajustes de presupuesto. Se descontrola y empieza a consumir licor sin parar, hasta caer al suelo. Al despertar, se sienta y redacta un plan para remediar la situación: cometerá un asesinato. Así el estado lo encarcelará y no tendrá más preocupaciones por su alimentación, vivienda ni soledad. Sale a la calle y grita: ¡Hoy mataré a alguien! Y así todos los días que el pensionado salía hasta una tienda cercana para comprar pan y leche. Un día, solicita a la dependienta un roscón de arequipe, el cual ella le da. Al ver que el roscón no tiene el deseado arequipe, monta en furia y empieza a gritar a la señorita, arrojándole el roscón mordido a la cara. Ella se enfurece y le reclama, y al oír el barullo sale el padre de la joven, dueño de la tienda. El anciano trata de enfrentarlos, lo que los ofusca más y salen a corretearlo por la calle. Al ver que no puede hacer nada, el anciano se asusta y corre para su casa, en la cual se encierra.
Pasan tres días y el anciano no sale. Los periódicos se empiezan a acumular. Los latidos desesperados de su perro impresionan a una vecina. Decidida y asustada, la vecina fuerza la puerta con unos ganchos y entra. Minutos después sale asustada, diciendo: ¡Se mató el viejito, se mató! ¡Acabo de verlo colgado, dios mío bendito! La gente que pasa por ahí entra y lo ve. Alguien hace una llamada por el teléfono de la casa, mientras mira atónito. Al día siguiente, en la prensa sale: SE SUICIDA PENSIONADO ESCANDALOSO y el subtitulo dice POR NUEVO RECORTE PENSIONAL ENLOQUECE EX EMPLEADO DE ABECORP.