Aún permanecía
obstaculizando la vía
un antiguo tranvía
en cuyos vagones
jugaban resentimiento
y amor con
gritos y llanto.

Hacían que, intranquila,
paseara de puntillas
por los senderos
que se hacían eco
de lo que surgía.

(Despejé carriles)

Urdí con astucia
enviarte rosas,
con la intención
de recuperar el número
que las falanges
de mis estúpidos dedos
habían extraviado.

Con la loca alternativa,
controlando el tiempo,
fueron, orquideas
a tu encuentro.

Escondida
en un mar plastificado,
supuse que vería
gesto alguno en tu cara.

(No te disgustó)

Cumplida la meta,
dejé que llegara
el fin de semana;
arrastré hasta el puesto
a mi hermana,
instándole a comprar
mientras, en el pasillo,
te observaba.
Cuando viste la bolsa,
vi como mutaba
tu serio semblante.

La familia se encargó
de reafirmarlo...

(No era tonta,
digo, la niña)

["En las cosas mas pequeñas
se encuentra el amor mas grande"]

Probé toda la ropa;
nada quedaba bien...

...dando vueltas
del pasillo a la calle...

Arranqué el coche
pero, paralizada,
el pavor impidió
el resto.

No llamaste,
al fin y al cabo,
nunca creí que en mi
te hubieras fijado...

Me encerré.

Sabía donde encontrarte
pero el temor
a no verte sola
me ganó.