“Oye viejita ven a darme tu opinión, le hice unos cambios a la Sandrita” la anciana bajo ansiosa y feliz producto de la droga que le había sido suministrada.

La escalera precia ondularse a cada paso que daba y cuando posaba sus pies sobre cada peldaño estos se derretían lentamente, termino su descenso y llego donde su señor y la vio: Sandra estaba mas hermosa que nunca, con sus rizados cabellos negros extendidos completamente y su cuerpo semirecostado. Ahora estaba vestida de un blanco radiante que la hacia parecer llena de vida como si solo estuviese durmiendo. La señora el rostro de la mujer con detenimiento y con felicidad empezó a comentar lo bien que se veía su nueva creación y haciendo algunos aporte constructivos pero, de pronto miro los ojos cerrados de aquella blanca virgen notando que movía los párpados levemente.

Se estremeció pero, desvió su mirada hacia su señor “ ¿cuándo llegara alguien?” le respondió “Pronto solo debes tener paciencia, mira que me a costado trabajo encontrar a la persona adecuada” Suspiro y miro de nuevo el cadáver, ahí estaba apacible, sin avisar esta abrió los ojos y comenzó a gritar sin saber donde se encontraba y golpeo la caja de plástico tratando de liberarse de su hermosa prisión.

La viejecita salto de asombro y busco la mirada de su amo buscando una respuesta para tan impredecible situación. La mirada de su patrón no cambio así como su expresión de reflexión ante la mujer, la anciana volvió su mirada y vio el cuerpo inerte de la mujer descansando como siempre, entonces lazo una carcajada y comenzó a reír.

El sabia lo que paso, la droga la estaba afectando demasiado........ tendría que bajar la dosis antes de que haga cualquier estupidez.