Hay veces en que me pregunto si vale la pena escribir y escribir, pero, ¿para qué?, ¿para quién? Nadie me paga por ello... Nadie me lee sino es un amigo o alguien que se sienta identificado con mis letras, ¿entonces?..., bueno, eso tiene un significado, estoy loco, o esto es un escape de mi manera de expresar la vida que llevo en secreto...
Casi no leo a los que escriben en esta página, al principio sí, pero luego no, pues no me agradaba lo que decían... demasiado frívolo, como una cáscara de huevo sin yema ni clara, hueco, puras letras, superficies pulidas de letras negras... Quizá soy duro, pero soy sincero. Quizá soy demasiado exigente con los demás, demasiado vanidoso, sí, eso es... vanidad de artista, si es que lo soy, pero eso dicen mis amigos cuando les doy mis escritos, cuando me leen... Unos dicen que soy un genio, otros que estoy loco, o que soy poeta, un ser que vive un mundo extraño, alejado de la realidad... como un muerto vivo, o el esqueleto de un pensamiento... Diablos, no sé lo que escribo, pero lo hago sin pensar, así como cuando me echo a dormir y sin querer, sueño algo producido por mis miedos, alegrías, anhelos, etc... Me gustaría algún día ver las cosas de verdad, leer y sentir a las personas que escriben, sí, eso me gustaría, como hoy que leí una historia de una mujer que fue tratada duramente por la vida... Fue hija no deseada, mujer maltratada por su amante, y, por último, imaginaba ahorcarse, matarse... Me sentí afectado pues soy uno como ella, en este caso, al revés... es decir yo soy el padre… Le escribí lo que sentía, me sentí mejor, un poco al menos, un poco... Uno hace de todo para sentirse mejor, en mi caso, escribir me hace bien, aunque no escriba para nadie... Es como si estuviera en una casa con las luces apagadas sin nadie, sin nada, con tan solo una máquina de escribir y papel en blanco, y como si fuera un piano, tocase sus teclas con mis dedos, una por una, una por una, escuchando los sonidos, los tonos, el eco en este oscuro lugar sin nada, sin nadie mas que lo que escribo... En ese caso, escribo sin razón, sin permiso, sin perdón, sin sonido, extrañamente escribo cuando estoy en este callejón oscuro, negro, como las letras que leo mientras toco estas teclas... Es bueno desahogarse así, al menos si eres de la misma calaña que yo, y si lees estas líneas, te diré que no eres el único extraño en el universo. Tan solo mira hacia arriba y en esa total oscuridad de la noche descubrirás puntos, líneas, comas, textos escritos tantas veces que se han hecho un ovillo, una oscuridad, un todo en este universo lleno de extraños, llenos de puntos sin sentido nada mas que para mí, que soy uno de esos que escribe en la oscuridad de su cuarto… Y si viene el Sol, reiré mientras la luz ilumine el sin sentido del sentido de muchos, pues yo sé que cuando el Sol continúe girando, brillará para otro extraño como yo… como si fuera la energía, la tinta que necesita el escritor, el genio, la multitud que soy yo…
San isidro, marzo de 2006
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