Estudioso era el Tales de Mileto
y bien nos lo demuestra su teorema
usado para hallar un apotema,
o la altura de un triángulo completo.

Ser lo mismo la altura que el cateto
del triángulo rectángulo es el lema
y soluciona así este problema:
¿Qué poner en el último cuarteto?

Dos tercetos serán el exponente,
versarán sobre álgebra sencilla,
quizá una ecuación de primer grado

y de la equis hallar su coeficiente;
Con la tabla del seis de carrerilla,
este soneto habráse terminado.


Me entusiasma el hablar del polinomio
(no piensen que salí de un manicomio)
y adoro el logaritmo neperiano,
el ábaco y los números romanos;
El saber el factor determinante
es para mí lo más emocionante
y sin dejar atrás la geometría
(a la que tengo cierta simpatía,
pues en el eje de las cordenadas
coloca las fracciones adecuadas).
Y ya, multiplicando o dividiendo,
por la misma tangente me voy yendo.