Rocío me cerró la puerta en la cara, y me dejó un una habitación con mucha luz, media verde media azul,
con una hoja y un lapiz nuevo, brillante...
Comencé a escribir de golpe en golpe ( como siempre lo hago )...sentía que ella estaba en la otra habitación, con miedo
¡ Miedosa!
Decidí concentrame en mi poema..escribía y escribía sin parar, las letras desvordaban de las lines de separación, y yo sentía un leve dolor en mi cara, mis huesos...miré a mi alrededor un momento...observé que la habitación estaba ahora medio desteñida, medio húmeda por el mar...me llamó la atenció eso y decidí incluirlo en mi escritura vomitiva...seguí escribiendo sin parar..pero tuve que dejar el lapiz, ya que era mucho dolor...miré mi mano, estaba llena de surcos y manchas de vejez..me toqué la cara, la sentía cansada, llena también de surcos infinitos que no llegaban a ninguna parte mas que a mi ojos que ahora estaba en forma circular hacia abajo a la izquierda...
MIré de nuevo la habitación, me di cuenta que todo estaba cambiado ( y yo estaba sola)...ya no era el mismo papel tapiz deprimente con caricaturas( eso es to eso es to eso es todo amigos) y ya no era más que manchas por el paso de los años...miré la puerta, sabía que ella estaba ahí , en la otra habitacón, que me podía salvar de este dolor tan doloros como los dolores de la vida en un minuto...caminé con dificultad hacia la puerta ( me costó por que parece que mi cadera no andaba muy bien)...la manilla estaba oxidada, llena de cáscaras de pintura, la toqué pero estaba con llave, con llave hacia un hoyo negro, oscuro...
Decidí tocar la puerta, para ver si Rocio me habría...
Creo que fueron tres golpes y medio, abrí y la vi enfrente mio...Luego seguí esperando que Antonia terminara de escribir su interminable poema...
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