El perro había ladrado tanto que sus músculos faciales se habían cansado y su cerebro también, José no había advertido de esto cuando ingreso a su hogar y burlo al canino con un pedazo de comida, de este jueguito resultaron 32 puntos de sutura en la cara, José jamas volvería a mirarse frente a un espejo.
Texto agregado el 26-03-2006, y leído por 121
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