Todo es calma, silencio. Mi cuerpo en posición fetal hundiéndose más y más en las heladas profundidades.
Azul, azul intenso por todas partes.
Un leve murmullo nace a lo lejos. Es, en principio, simple, tímido, toma fuerza rápidamente. Nuevas voces se unen, formando un canto enigmático, bello.
Se acercan a extraordinaria velocidad, puedo sentirlos más y más próximos.
Entonces empiezo a moverme, adquiriendo velocidad, el agua va dando nueva forma a mi cuerpo. El canto cada vez más comprensible.
Son Orcas y yo nado entre ellas.
Cruzando los hielos perpetuos, sintiendo el congelante aire en nuestros dorsos cuando salimos a la superficie, desplazando el agua en nuestros aerodinámicos cuerpos.
Aunque tengo la certeza dentro de mi, es difícil de creer, necesito verme, constatar que es cierto.
Salto fuera del agua lo más que puedo, veo mi cuerpo reflejado en el agua, en el hielo...
Sí, soy uno mas del grupo, también soy una Orca.
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