Amo los roces de tus manos silenciando los sonidos de mi cuerpo. Tu cabello enmarañado acariciando mis dedos con suavidad. Amo tus muslos enredados como hiedra en mi cuerpo. Y la dulzura de tu boca rompiendo las soledades de mis labios. Amo tus ojos que saben mirar los horizontes de los míos. Amo tus pechos amante almohada para mí fatigado rostro. volcán para mi pasión. Amo cada átomo de tus gestos que como suave brisa cálida alimenta el fuego de mis sueños. Amo tu boca manantial de dulce saliva que riega mi alma. Amo tu nombre por tu madre puesto y susurrado por dios para ser el sagrado salmo de mi corazón.
Texto agregado el 25-03-2006, y leído por 135 visitantes. (3 votos)