Y cuento tres y me vuelvo a tropezar. Creo deberia comprarme un par de gafas para asi no confundir las piedras en el camino con coloridas pelotas, para asi no confundir los baches ocultos con sonrisas que nos da la vida.

Y cuento tres y vuelvo a llorar. Vuelve a abrirse esa herida en mi rodilla. Vuelve a abrirse la que se habia convertido en moreton, esas cosas como duelen en el corazon.

Y cuento tres y vuelvo reflexionar. Como cosas tan tontas como un simple tropezon nos hacen pensar en por que no cambiar de direccion. Nos hacen pensar si debo dejar de seguir mi intuicion.

Y cuento tres y me vuelvo a levantar. Es hora de volver a empezar a caminar y abrir los ojos sin titubear. Es hora que todo vuelva a empezar.

Y cuentro tres otra vez y cuento cuatro una vez mas. Me olvide de comprarme ese par de gafas para que me ayuden al caminar, pues mientras mas me adentro en el camino mas dificil me es esquivar.

Esta vez me volvi a caer, volvi a llorar y volvi a reflexionar. Volvi a caer en esa rueda que no para de girar. Me volvi a tropezar con el viento, con los recuerdos, con el amor. Se volvio a abrir esa herida que ya se habia convertido en moreton. Volvi a sonar que los baches en el camino me sonreian y que las piedras eran para jugar. Creo que ahora si es momento de comprarme las gafas, pero primero dejame estar un rato sentado aca y descansar.