¿Libertad para qué?

Con esta pregunta titula el periodista Jesús Pardo un artículo sobre la libertad: ¿Libertad para qué? Publicado en la revista “La Clave” el pasado 10 de febrero.


En su reflexión nos comenta, con motivo de la visita a España del Presidente electo democráticamente por el pueblo boliviano, la entrevista entre el Presidente Evo Morales y cierto periodista que intentó provocarle sobre si a su juicio Fidel Castro es un dictador; respondió que no; y a la de si pensaba que Cuba es una democracia, respondió que sí.


La enorme importancia en este artículo de Jesús Pardo no está en la provocación, ni en la manipulación que suele hacerse en el mundo de la información, sino en la invitación que hace a reflexionar sobre el significado y matices de las palabras llamémosle importantes ( democracia, libertad), que como casi todas las palabras tienen matices esenciales. Y parafraseando la famosa frase de Lenin ¿Libertad para qué? Nos sumerge en su artículo en un análisis serio sobre la significación de la “democracia” en los países ricos, como Estados Unidos: por quien votar; y opción económica: qué coche comprar, a dónde ir de vacaciones.


Pero en lo países muy pobres, donde la única política posible es la supervivencia, democracia significa una sola cosa: libertad de comer caliente todos los días, de no morir de fiebre, de saber leer y escribir. Y las demás libertades se supeditan a ésta


En Cuba no hay libertad de opción política, pero no hay hambre, dice este periodista en su artículo, las medicinas que hay son gratis, la educación es obligatoria…En este sentido, afirma, Cuba es, indudablemente, una democracia de un país pobre.


Lo lioso de las democracias, (y aquí me permito aportar mi reflexión a este artículo de Pardo), es que no todas las democracias que ofrecen la opción de votar, brindan también la oportunidad de comprar un coche, o ir de vacaciones, ¡ni siquiera en Los Estados Unidos! Es más, en nuestra América Latina, donde prácticamente todos los países están en la democracia de opción de voto, (Nicaragua, Honduras, El Salvador etc..) nos encontramos con una gran cantidad de población indígena y no indígena, en condiciones miserables: analfabetas, desasistida de todas esas garantías democráticas escritas en el papel de sus respectivas constituciones, y nuestro asombro y estupor nos llega cuando las injusticias “democráticas” en esos países, son falsamente ignoradas por los Estados Unidos al beneficiarse de los recursos naturales de esos mismos países en beneficio de su propia política económica, y además son utilizados como ejemplo “democrático” contra Cuba. Y, en cambio en aquellos otros países también democráticos, donde sus gobiernos establecen bases sociales, mirando hacia Cuba (Venezuela, Bolivia), ese mismo país, Estados Unidos, considera a esas “democracias” una amenaza para los intereses del “mundo libre”.


Para los Estados Unidos el” espacio libre” empieza justamente allí dónde están sus intereses económicos y acaba, por las “buenas: explotados; o por las malas: bombardeados”, cuando esos países se resisten a ser utilizados para beneficio del gobierno americano.


Estamos asistiendo a una situación internacional en donde la Comunidad de países llamados“democráticos” están perdiendo la capacidad de imponer y hacer valer el principio del respeto a la no injerencia en asuntos internos, que es la base fundamental de los principios del derecho, por ejemplo:

- El respeto al sufragio de los pueblos como Bolivia y Venezuela, a elegir gobiernos, aunque éstos no sean del gusto personal del Presidente norteamericano.


La Comunidad Internacional ha perdido la capacidad de hacer respetar el derecho de esos gobiernos a establecer sistemas económicos socialistas para resolver las necesidades más acuciantes de sus pueblos (hambre, analfabetismo, atención sanitaria). Y sus políticas son sistemáticamente amordazadas con instrumentos, ya sean mediáticos o económicos, (como los que sufre Cuba), solamente porque no convienen políticamente a los grandes Bancos asentados en el “espacio libre, democrático” norteamericano. Y en la defensa de esos propios intereses, los Estados Unidos se permiten violar gobiernos y constituciones democráticas con viles chantajes a países carentes de una economía saneada, subvencionando su entrada en los grandes Mercados económicos, para chantajear su voto después en las Organizaciones Internacionales, y así seguir beneficiando su potente máquina económica, globalizando el mundo, porque para Estados Unidos no hay “espacio considerado libre”, si sus intereses no se benefician de los recursos de esos países.


Nuestro articulista, finalmente, pone en evidencia la importancia del lenguaje, el "universo de equilibrios y secretos"* que tienen las palabras. Y se me ocurre que, seguramente, la palabra más falseada en todos los diccionarios y en todos los códigos de todos los idiomas sea la palabra RESPETO, a la que se le adjudica también en esa adulteración, la significación de intimidación, miedo.


Si desarrollamos su etimología posiblemente comprendamos que cuando las palabras cambian su significación natural, por significados alejados de su verdadero concepto, estamos asistiendo a una pérdida de valores humanos, políticos y sociales. El respeto, cortesía, urbanidad, educación no es solamente el primero de todos los derechos, sino también una obligación que subyace en el origen del propio derecho, una actitud, un gesto, que habla más que las propias palabras que solemos aplicar en nuestros discursos y que fotografía fielmente las verdaderas intenciones: gesto y palabra.


Cualquier Estado de derecho se asienta sobre la base del RESPETO. Benito Juárez decía : “El respeto al derecho ajeno es la PAZ”


Sin respeto no hay derechos ni internacionales, ni humanos, ni tan siquiera libertad, ni democracia ¿Estamos por el RESPETO?


Nota: En agradecimiento al cuentero "Galiana" que me aportó este magnífico título para un texto que estaba trabajando sobre EL RESPETO y en el que continuaré trabajando: "Las palabras encierran un universo de equilibrios y secretos".