El hombre justo.

Nuestra alma anhela la justicia desde que estamos pequeños, nuestra sangre desea una justicia perfecta, pero no para las masas, ni para la sociedad… para uno mismo.
Nada nos importa más que el bienestar personal, si algo afecta nuestra manera de llevar la vida, ya sea correcta o incorrecta, nos quejamos, clamando por justicia humana.
Esa justicia humana, hecha por humanos, es imperfecta; nosotros no podemos ver mas allá de nuestros intereses, si hacemos algo siempre hay detrás un egoísmo y búsqueda de beneficios.
Esta en nuestras raíces; las revoluciones, .
La justicia humana esta llena de egoísmo, de caprichos, de irrespeto, de violencia; la justicia…manchada de sangre desde nuestros próceres.
Justicia sucia para lograr un objetivo que beneficiara a pocos.
Como podemos clamar por justicia si no respetamos a nuestro vecino, no queremos darnos cuenta que cada uno de nosotros hace la vida del otro posible, mientras mas nos enfoquemos en nuestros propios placeres menos lograremos una paz mental y social.
En nuestras propias casas se puede ver a los niños buscando lo que creen es justo, en cuanto a propiedades mitad para uno mitad para el otro, lo mas probable es que siempre una persona se quede resentida porque recibió menos y el otro feliz porque recibió más, es imposible que los dos queden contentos con lo que recibieron.
No puede haber felicidad de uno sin tristeza del otro.
Ese resentimiento crece con el tiempo, empieza el irrespeto de uno al otro; la sangre llena el corazón, los lideres, guiando a nuestro corazón (y no a nuestras cabezas), nos llenan de ilusión, de un futuro perfecto, de felicidad; pero ellos están pensando lo mismo y en sus cabezas nosotros solo somos un medio.
Las masas somos crueles, pero los lideres peores…

La justicia deja de ser justicia y se vuelve una mezcla de: miedo resentimiento, odio, venganza, irrespeto, estereotipos, violencia, sueños de sangre, sueños de muerte.

¿En que se diferencia la ley animal a la nuestra?, los animales aceptan la decisión del otro, porque saben que el instinto del otro es igual de bueno que el de ellos, no son egoístas, y si lo fueran lo serian porque es necesario para la supervivencia del otro, nosotros pateamos al otro.
Héroes de nosotros mismos, de nuestra ambición, nuestra hambre de justicia es confundida con un egocentrismo, nos volvemos maquinas en búsqueda de venganza.
Y todo empieza con nuestros hermanos, en nuestra familia, con nuestros padres, así nos enseñan a ser, talvez nosotros seamos justos con las personas que nos quieren, pero el mundo esta lleno de desconocidos
Acaso es posible ser feliz sin hacer a alguien infeliz… si, probablemente si, pero no nos gusta hacer feliz a otro, o talvez ni siquiera pensamos en ellos, solo existimos en nosotros mismos.
Claro somos lo único que conocemos, lo único que sentimos como real, entonces porque nos debería de importar el otro.
Hay otra cosa que sentimos venir, lentamente en nuestros huesos, en nuestras caras, en los demás, nuestra muerte; quizás eso sea lo que nos motiva a seguir consumiéndonos en esa justicia, ese miedo básico, ese instinto de supervivencia.

Pero siempre somos una persona contra el sistema, masas contra líderes egoístas.
El irrespeto reinara entre nosotros… hasta cuando nosotros decidamos eliminarlo, nosotros no queremos tomar esa decisión… porque sin violencia, la justicia humana no existiría.
Así que creo que la justicia es solo un modelo de a lo que se debería de llegar, como sociedad.
Pero siendo individuos nos cuesta pensar en la sociedad como masa, así q hacemos los que nos parece justo, y todas las decisiones que tomemos con esa “corazonada de justicia” nunca va a ser algo que nos perjudique, aunque con este sacrificio nuestros le causemos beneficio a alguien más o a la sociedad.
Anhelamos y queremos justicia… porque no la tenemos.
Y mientras más la deseemos, y más la obtengamos, más egoístas nos volveremos, y alguien dejara de obtener sus beneficios para que nosotros tengamos lo que queremos, y empieza el resentimiento… la búsqueda de venganza.
Todo… de nuevo.