SI TU VUELVES
Amigo del alma, dónde estás,
tú el que abrías las ventanas
al sol, al aire fresco
a mis soterrados laberintos.
Has abandonado mis ojos,
los demonios han entrado
cabalgando en corceles
con cascos herrados
en música infernal.
Los sentidos se vuelven tormenta,
prisioneros de sombras ancestrales,
aturden, ciegan, con truenos, relámpagos.
Sordo, mudo, grito al universo
estilando de ruidos guturales
pieles de galaxias.
¿Por qué te escondes ahora
en pasillos que surcan
el sembrado de estrellas?.
¡Ellas no necesitan la luz de tus aguas!
No me abandones.
Como el ayer, el mañana
hazme vivir abrazándote
con entrañas, corazón
ojos, cerebro, que están ciegos
de tu sabio caminar.
Hoy quiero contener en la mirada,
con tus manos peregrinas
fuego, aire, tierra, agua,
filtrar en mi callado rostro
dolores, temores, desconciertos
en sus pasos, por las pupilas.
Si regresas decantaré esencias
en la lumbre del incienso
perfumando el oficio, en el templo
donde duerme el horizonte.
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