No viajes a ese mundo elástico que te lleva y te trae como una cigüeña imaginaria, huérfana y desmentida.
Llevamos una bomba radiactiva en el esperma, a punto de hacer pedazos de la humanidad. Contraponiendo la sustancia nociva en los elementos vivos que se amamantan de tus senos.
No viajes a ese mundo hervido en sangre humana, contagiada de tu sabia...
Yo entiendo...
El goce...
El erotismo...
Esa adicción, esa necesidad.
Yo entiendo...
Tus labios... los míos... Cascoteados por tus hormonas amantes, que siembran el bienestar errante de la lujuria... de las manos que palpitan tus manos...
Pero en realidad, siento vértigo de provocar una tragedia. De generar un corazón que sienta y que llore como yo. ¿Con qué derecho?.

No viajes, no te inyectes de mi.
No cultives en tu cuerpo mi herencia... Soy radical. Soy infernal.
Soy un ciclo sintético que se postula como candidato de los aniquilados.

No viajes a mi sentencia por mas bella que sea. Me da pánico, terror... No estoy preparado, nunca lo estaré.
Cualquiera, todos estamos creados por la mitad, estamos inacabados... El mundo entero está en trozos...
No viajes... quédate aquí conmigo, serena, huraña, pero amable.
Quédate conmigo que si mi hijo naciera te lo agradecería.