Inicio / Cuenteros Locales / merodeador / Mordisco
Siente el mordisco en tu trémula nalga, que el dolor se sume a la angustia y al juntar las piernas aprisiones mi mano pecadora con movimientos de deseo.
Hecho. Te desatas.
Te desatas en un ser desconocido, carnívoro, directo, puro. No hablas con palabras, las pocas que salen de tu boca las escupes en mi cara.
Marcas el ritmo cual mulata de caderamen mollar, eres hembra neta, nata, toda. No pides, coges y arrancas.
Exijo el aire a bocanadas para de nuevo sumergirme. Al rato te quedas quieta, me miras con la mirada de niña traviesa ¿que ideas estarán pasando por tu cabeza?
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Texto agregado el 23-03-2006, y leído por 122
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