Como si nada fuera.
De repente un estruendo en mi vida quebró mis metas, metas y puntos de vista utópicos y peculiares, característicos de niña soñadora. Mi corazón está acorazado cual callo y por mis venas corre sangre de frivolidad, no quedan lágrimas en mis lacrimales y las fuerzas me vienen dadas, no sé de dónde saldrán.
Hablando de ti diré, casi sangre de mi sangre, que irradias felicidad, que te quiero y que estaré contigo aquí y allá aunque lo hiciste mal... no me tengas en duda que niña serena soy; nada me falla me dijeron (¿un poco absurdo verdad? ).
Hablando de ti diré, cuentero o cuentista, no sé, que todo es absurdo, que nada me cuadra, que te odio, sí, y diciéndolo plasmo el cincuenta por ciento de mi pesar ; ya le di mi significado propio, ya se lo que “te odio” puede llegar a significar.
Y es que mire dónde mire todo son falacias, aquí, allá, ahora, ayer ... no me jodais y dejad al mañana tranquilo, dejad que lo venidero venga de cara, mirando a los ojos como cuando se brinda, no me vengáis más de espaldas pues os daré por el culo, y perdonad mi lengua bífida por despotricar de mala manera pero la rabia no quiero vestirla de belleza.
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