“Poco a poco te vas acercando de nuevo amor,
poco apoco vienes a llevarte el dolor .
Llévatelo lejos de aquí,
deja que se desangre toda esa amargura que tienes ahí ,
que riegue las flores,
quiero ver nacer de nuevo la alegría, la honestidad y la felicidad
en este jardín,
ver nacer esas flores a cada día entero con su hermoso final,
a cada noche bajo el reflejo de la luna sepulcral.

Estare ahí para verte desangrar, verte desahogar ese dolor
que tanto te crea valor
al tomar la frialdad en vez del calor.
Que la sangre derramada le de calor al suelo húmedo de mi corazón,
que le de eco a esta humilde canción;
a esta poesía, un poco emoción;
A este escritor, lo saque de su maldición;
A este lector, los sueños que encierra la pasión.
Mientras tu alma se disipa en el oscuro y frío pecho, claustro de frustación,
sólo le de amargura sin compasión.

Ahora disfrutaré de mi hermosa nube negra, me bañaré en su lluvia de cenizas.
Que a un principio me rosarán como pétalos y después me terminarán quemando como el fuego.
Volveré a escarbar en la tierra, desenterraré la sangre,
volveré a sembrar pasión.
Ver frutos… más frutos… comerlos,
sangrarlos y volver a dejarlos,
abrazarlos, besarlos, saborearlos.
Ya que algún día mi sangre sera la que le de vida
a la tierra que tanto he amado.
La luz de la luna me alimentará,
un hermoso fruto de ahí saldrá.
Algún ave de rapiña me desenterrará
Se alimentará…
Mi corazón sacara y nunca jamás volverá a amar.”