CUANDO ME EMPIEZO A QUEDAR SOLO
Aquella tarde embriagada y llena de odio. Solo, divagando en el tiempo. Tratando de encontrarse a si mismo en la inmensa confusión de las voces apagadas. “los susurros indiscretos de las paredes siempre inertes. Y el viento. Con su fuerza voraz azotando sus idea por los cielos. castigando su memoria con reflejos de una vida feliz, clara y sin miedo a volar ”. Es cuando me empiezo a que dar solo.

Palabras cortas o frases de una canción olvidada por el tiempo o la memoria. Agresiva, tenaz. Las calles se tornan oscuras y la gente parece escapar de su mirada perdida. Violentando lo poco de paz que muestra en su rostro. Y es que aun sigue fresca la herida Sangrante y punzante en su corazón...

Al despertar. Otra mañana gris como los poemas de vallejo que le gustaba leer, o las canciones de grupos que nadie conoce. Las calles llenas de gente, y él, ahí sentado en un parque olvidando. Decide caminar mas allá. Una niña le pregunta que te pasa. Solo son fantasmas. A lejos, vienen sus amigos corriendo a saludarlo. Solo son recuerdos. lo atraviesan cual espada en el pecho de un quijote sin Sancho a quien gritar, ni Dulcinea en quien pensar. Solo. Habiendo tanta gente a su alrededor. Completamente solo.

Su tarde bicolor. Matizada con el gris de las chimeneas humeantes, repletas de almas. Cansadas, alegres, melancólicas. Como si quisieran volar, escapar, llorar. Pero son solo sombras que se escurren en sus ojos esquivos, perdidos y lagrimeantes. Y su voz se apaga. Se confunde en su propia ironía de querer gritar. Donde están. Nunca supieron perdonar su indiscreción ni la locura del alcohol en su venas. Es que en verdad no lo merecía. pero ahora esta sentado, esperado se olviden de él. por que fue vano triste y amargado, pesimista y porque no... un poco, pero solo un poco. Un buen recuerdo en su momento. En tu memoria y en tu andar nada silencioso. Porque brillas con luz propia. Mi buena amiga soledad.

El exilio de sus noches. Terminan en el parque de su infancia con el frío entumiéndole los huesos, destrozando sus recuerdos y disipando sus sueños. Lo gritan a lo lejos. Si, son ellos. aquellos a quienes dejo olvidados. sus viejos amigos. Los del barrio al que nunca perteneció y lo acogió como aquel hijo perdido. Aquel caballero de armadura brillante sin escudo ni espada. Solo. Como la primera noche en que dejo todo. Su familia, sus amigos. Todo por la embriagues de sus frustraciones y la imprudencia de sus actos. Todo por un martes de diciembre. En su locura... “Todo por mi soledad”



“Y ya no podía seguir manteniendo mi estúpida careta de que a mi no me pasa nada y mi vida es optimista... por primera ves en mi vida después de toda mi locura me siento solo... le falle a mis amigos.. y ellos me dieron la espalda... me pelee con mi viejo. Y por ultimo no se que le pasa a mí cabeza creo que me estoy quemando la vida”.