Dices que me amas y quiero creerlo, pues es tu amor y tu deseo el que sueño. Quisiera que añoraras poseerme; tocarme; que fuera una emoción el solo besarme.

Pero cada día observo como la miras a ella. Vas y la buscas; aún cuando yo estoy ahí la tomas por el brazo y la acercas a ti, vuelves y la miras e inmediatamente la acaricias y yo deseo ser ella a quien miras con tal admiración, deseo y ensueño. Deseo yo también cantar la melodía de mis entrañas para llenarte a ti; para ver como tu cara resplandece de gozo ante el arte de la precisión.

Aquí vienes después de haberla devuelto a su esquina, claro con la máxima delicadeza y atención. Me tomas por el brazo, me acercas, me acaricias... pero no veo en tus ojos lo mismo que con ella. Me aparto; voy hacia la esquina desesperada y la tomo en mis manos, la golpeo una y otra vez contra el suelo. Te miro y te grito que eres mío y no de ella; vuelo mi vista al suelo y veo tu guitarra en el suelo hecha añicos, sonrio satisfecha. Ahora solo quedo yo para saciar tus hambres. Te sorprendes, te ries, me tomas por el brazo, me acercas , me acaricias, me besas...soy tuya.