Desde hace muchos años ha estado grabada en mi mente aquella ultima navidad memorable en mis recuerdos...
En una de las casas más elegantes de la ciudad se acontecía gran evento, el nacimiento de un nuevo miembro de la familia Galarza. Sin embargo la alegría no fue duradera por que en aquella noche nació una pequeña niña con un corazón muy débil, por lo que los médicos no les dieron a los padres muchas esperanzas de vida y ellos desde aquel momento se dedicaron a buscar una cura para la enfermedad dejando a un lado lo más importante, la verdadera vida. Y aunque su pequeño corazón no le permitiría vivir mucho...
Susana llegó a cumplir los 10 años de edad con grandes dificultades y cuidados, y a todos los esfuerzos que debería hacer una niña normal los realizaba su fiel y leal sirvienta Juliana.
Eran vísperas de navidad, era su cumpleaños y como siempre se encontraba en su cuarto postrada al pie de la ventana observando a toda esa gente pasar en los carruajes repletos de inmensos regalos, cubiertos de coloridos papeles y grandes moños hechos de listón de terciopelo rojo.
---Susana, hija felicidades---en la puerta de la alcoba se encontraban sus padres con un pequeño pastel y una caja inmensa adornada de la misma forma como las que había observado pasar en los carruajes.
---Mamita, papito gracias por estar aquí--- la carita de Susana se encendió al ver a sus padres en la puerta.
---Pero Susana, que haces de pie--- la madre un poco molesta toma del brazo a la pequeña y la recuesta sobre su cama.
---Está bien mamá--- replico Susana, ---Solamente quería ver la calle---.
---Pero sabes que no-se té esta permitido, ¡qué no entiendes!--- la madre un tanto molesta abandona la habitación.
---Hija, tu madre y yo tenemos que salir y no podremos pasar la navidad a tu lado, pero te hemos adelantado tu regalo ---. Susana al enterarse de esto se entristeció y no quiso escuchar más.
---Muchas gracias papito, pero me siento mal---
Esta bien Susana, descansa.
Pararon los días, asta la llegada de la noche buena, en la habitación aquel regalo seguía intacto apartado en uno de los rincones, mientras que Susana se encontraba en cama por una muy fuerte recaída, quien era atendida por su nana Juliana.
Juliana provenía de una familia humilde, que había trabajado con la familia Galarza por generaciones, ella era el ángel que salvaguardaba los sueños de la pequeña niña noche tras noche.
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