Espasmos, fatiga, alucinaciones. La llevan a lugares insólitos, forzados aunque muy bien acogedores.
Tras vivir 1000 años en la realidad y 5 segundos en la fantasía, no ostenta en dejar lo vivido y sumirse en un incógnito sueño. No pretende despertar, mientras todos la presencian con ojos atónitos, la ven revolcarse en plumas olorosas y confidentes llenas de minúsculos poros oidores…Nadie dice nada, provoca muchas bocas, pero todos guardan el silencia mas áspero de sus horas. Incómodos, desolados y “fatigados”, cierran la puerta y la dejan marcharse de donde nadie pretende, hasta ese entonces,....

conocerla.