Seas o no un ángel,
abre todas las venas de tu blanco cuerpo,
y que la sangre roja y cálida,
caiga en millares de chorros silenciosos.
Así quiero verte, para poder beber de esa fuente,
y embriagarme hasta que pueda llorar tu muerte,
en un delirio de repentina felicidad.
Seas o no un ángel,
abre nuestros estómagos con tu bisturí,
y sácanos el mismísimo aliento que suspiramos,
mientras sobrevivimos los últimos instantes.
Haznos sufrir, para luego morir,
y convertirnos en pobres y desdichadas almas.
Seas o no un Ángel,
abre nuestras mentes, y haznos sentir extraños.
Pues, somos hermosos,
y tenemos la libertad de ser,
los seres más raros sobre esta tierra.
Seas o no un Ángel,
muéstranos un cielo y un infierno,
lo bueno y lo malo,
y así, solo nosotros elegir nuestro camino,
no depender de nadie más.
Seas o no un Ángel,
ámanos por sobre todas las cosas,
pero enséñanos a sufrir,
y mátanos uno a uno,
sólo por el hecho de que te pertenecemos
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