El señor de las veinte caras

El señor está triste todas las mañanas.Ésto se debía a raíz de las rutinas que vivía. Sólo, pero solo quedaba contento, cuando conseguía derrotar tiempo.
Pero como es costumbre en el ser humano, olvidarse de que todo tiene su ciclo y ese ciclo alguna vez finaliza, el tiempo lo logra derrotar y comienza a llorar.
Sigue su rumbo rutinario y comienza a pensar. Aparentemente parece sorprendido de lo feo que se observaba en aquel espejo del Fiat de la década del 60.
Delante del espejo púrpura, alucina frente a la fachada de su cara de idiota que ponía mientras jugaba a ser un ciudadano.
A la mañana siguiente, se levantaba cansado, sin ganas de hacer nada. Se preparaba el desayuno y lo disfrutaba mientras miraba la Tv.
A las once y media se aburría de mirar la televisión y salía a despegarse mientras disfrutaba del parque.
Se encendía un porro, mientras contemplaba la brisa y ponía su primera expresión de loco.
Un señor con aspecto elegante y bien vestido lo observa de lejos y con cara intimidante comienza a acercase. Le pregunta si hoy ha visto pasar a alguien. Y mutando le contesta:
-No señor, la verdad es que nunca vi a nadie.

b-vi