No me digas que todo lo que he sido es una mentira. Ni siquiera lo pienses. Se que es verdad, siempre lo supe, pero no quiero oírlo de tus labios. No me digas que todo lo que soy es una mentira. Estoy acá, iluminado por la luz de un muy débil sol y por el brillo de tus ojos, desnudo de cuerpo y alma, rezándole a la vida que me deje, a Dios que lo haga posible y a vos que lo evites. Miro fijamente tus pupilas, única cobija que me cubre de la vergüenza volcánica que, sorprendentemente no me ataca. No me digas que todo lo que voy a ser es una mentira. Pues entonces vos serias un fantasma, una mentira más. No me digas que esta lluvia es una mentira. ¡ Acaso no la estoy sintiendo, tocando, sufriendo!. ¿ O son tus lagrimas las que ahora me bendicen?. Estabas ausente, lejana, perdida en tu cueva, en tu mundo. ¿Qué haces acurrucada en mi alma llorando desconsoladamente?. Es todo una mentira, no sigas sufriendo. No lo hagas, nadie merece ese halago. En este foso en el cual nos encontramos, con lluvia o sin ella, con sol o sin él, ambos seguimos acá llorando a nuestra existencia, a nuestra desaparición, nuestro pasado y futuro. No te preocupes, la tierra ya nos empieza a cubrir. Bajo la lluvia no estamos solos, muchas almas sufren como nosotros, sienten como nosotros. No me digas que lo que ellos vivieron es una mentira. Lo se, ellos lo saben, pero…¿de que vale saberlo?. En esta incoherencia, cubierta con un fino pero totalmente perceptible velo, ya nadie intenta dilucidar sus verdades. No me digas que todo lo que van a vivir es una mentira. Es triste, su vida es la mía, su vida es la tuya, ¿Por qué tiene que ser mentira?. Y si lo es ¿Cuál es la verdad?. Yo te voy a contestar eso. ¡Esta es mi verdad!. Oh amada mía, mi ángel, mi demonio, no me digas que lo que soy es una mentira, por que esta vida es mi verdad, lo que fui, soy y seré. Esta es mi estructura, mi camino. No soy un malabarista, simplemente soy uno de sus cuchillos, listos para rozar a la bella asistente de nervios de acero, listos para asombrar al publico. ¿Qué me importa la verdad o la mentira?, no existen por que no podemos manejarla, lo cierto es lo que vivo y siento, lo falso es lo que siento y vivo. Mi amor, la tierra ya no me deja ni tocarte, pero no me hace falta, vos no lo necesitas. Ya no puedo ver a las otras parejas, a los otros solitarios, ya no se los distingue. El tiempo se los ha devorado, así como nos va a devorar a nosotros. No tengas miedo, no hay ni Dios ni Cristo que nos salve, pero no hay nada de que salvarse. La lluvia se ha vuelto tormenta, y el día, que nunca lo fue, en noche. Cariño, quizás estas sean las ultimas palabras que pueda decirte, ya casi ni te veo los ojos, y el agrio sabor que llega a mi boca me dice que no nos queda tiempo. La tormenta sigue furiosa, tratando de ocultar, lo inocultable, salvar lo insalvable. A pesar de todo, veo claramente las estrellas iluminando tu rostro, tus ojos.
Por favor amor, no me digas que todo lo que hemos sido es una mentira.
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