Sus pulmones estaban terminando de respirar la nicotina que contenía su cigarrillo. Eran varios los cuerpos que yacían en su sótano, cada uno representaba algo especial para el, un sentimiento, una imagen, un sonido. Su memoria comenzó a funcionar como un reloj preciso que se detenía en las partes que mas tenia alojadas en su pecho............

Era la primera vez que se sentía tan completo, con tanta seguridad, pero había algo en su amante que le incomodaba, algo en si mismo también. Se podría describir como el mecanismo de una bomba. Solo basto una acción y una frase para echar a correr el mecanismo, un vaso quebrado en el suelo y un “lo siento es que no lo vi”. Sus recuerdos avanzan.........

Se escucha un sonido muy sofisticado, el sonido de un revolver con silenciador siendo disparado, el proyectil parecía moverse en cámara lenta de forma tan delicada como una bailarina, e impacta deliciosamente a su amante en el pecho del cual, se abre una rosa que finalmente estalla en una pequeña lluvia de gotitas rojas.

Termino su cigarro, lo apago y fue hacia uno de los tantos cuerpos inertes que se encontraban en la habitación y ahí estaba su primer amante, con su rostro apagado. “Siempre lloro cuando me acuerdo de ti”. Había echo un buen trabajo conservando los cuerpos. Beso su frente y se alejo.

Tenia una dedicación especial con cada uno de los que fuesen alguna vez sus amantes. Era su rutina sagrada dedicar una hora al día a asear y mantener limpios a esos verdaderos muñecos de porcelana que estaba guardados como tales en cajas de plástico transparente. Los cadáveres delicadamente maquillados no parecían personas, sino seres divinos, perfectos, de rasgos estéticos casi irreales. El era un artista y sus amantes sus obras. “ Si de veras e echo un buen trabajo”.