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Estaba pelando las patatas cerca del fregadero, cuando entró un papel en forma de avión por la ventana de la cocina. Dejó el cuchillo y la espiral de la piel en la encimera y lo recogió. Iba a tirarlo a la basura, cuando se dio cuenta de que había algo escrito. Alisó el papel y leyó: "No volverás a burlarte de mí, puta. Espérame esta noche" Hacía mucho calor pero las manos se le hicieron de hielo. Corrió a asomarse al patio interior. Enfrente, la señora Luisa batía huevos en su cocina. Abajo, Román, el viejito solitario, fumaba un cigarro, acodado en el alféizar de su ventana. Arriba, las persianas echadas. La familia Molero estaba de vacaciones. En el cristal de al lado, creyó ver una sombra que se retiraba deprisa hacia el interior. Se metió dentro y cerró las hojas de su ventana. Acabó la tortilla, hizo una ensalada y se fue a cenar frente al televisor. Estaban dando las noticias y hablaban del asesinato de un inmigrante a manos de unos skins que lo rociaron con gasolina y le prendieron fuego. Apagó el televisor. Se le había ido el hambre de golpe. Con media tortilla en la mano, volvió a la cocina y la guardó en el frigorífico. La nota blanqueaba sobre el granito de la encimera. Por primera vez desde que vivía sola, sintió que las paredes y puertas no eran suficiente protección. Lo cerró todo. Echó el cerrojo, la cadena y apuntaló la puerta de la entrada con un sillón. Luego intentó dormir. A media noche, se levantó y buscó en la mesilla un somnífero que le facilitara el descanso que su cuerpo le pedía. Durmió. Y en el sueño oyó una puerta cerrarse, pasos precipitados acercándose al dormitorio, golpes en el suelo y gritos ahogadas de socorro. Despertó sobresaltada. Se oían carreras en la escalera. El ascensor subiendo y bajando. Y en el piso de arriba, voces. Se enteró cuando salió al descansillo. La vecina de arriba había muerto estrangulada durante la noche. La encontró la asistenta, tumbada sobre la cama, en la mano un zapato, tal vez con el que golpeó el suelo con la esperanza de que del piso de abajo le viniera la ayuda. |
Texto agregado el 17-03-2006, y leído por 427
visitantes. (6 votos)
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Lectores Opinan |
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28-03-2006 |
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que bueno!!! no me esperaba ese final. Soy_Naixem |
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25-03-2006 |
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Este texto, para mí, lo tiene todo a pesar de su brevedad. Sólo dos cosas resalto: su principio, (La nota del aviso de muerte), buen detonante, vivo y plástico que despierta el interés del lector. Segundo, su final inesperado, otra característica bien lograda, propia de los relatos cortos. Y un Otrosí: la descripción detallada de los convecinos del edificio ambientan y nos situan de manera precisa en el entorno del crimen. azulada |
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22-03-2006 |
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Qué bueno Lola, parece un guión de un corto. Estrellas para ti. juanrojo |
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21-03-2006 |
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lo encontre lento... asi que lo lei hasta la mitad, no mentire trotamundos |
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19-03-2006 |
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Desde luego fue una equivocación, la violencia siempre lo es. Me ha parecido un cuento excelente. Sophie |
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17-03-2006 |
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Vaya chasco, no tenía buena puntería el asesino.
Buen suspense para un corto.
Besos. leante |
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17-03-2006 |
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uaoooooooo¡¡¡ escalofriante, asesinesco, total ¡¡¡
5*1.000
...y sobre todo... ¡ un estilo impecable¡¡¡
gracias paisa Arfazel |
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