Ni siquiera me permito el llanto en este paraíso que yo misma forje con mis manso arduas y mi tiempo alerta.
Ni siquiera me permito mirar hacia adentro y conocer a la mujer que ya no lucha.
Ni siquiera puedo captar el gesto de desdén del tiempo oxidado que se arrastra por mi cuerpo dejando huellas, rincones y espacios que no quiero mirar.
Lentamente la vida se fue escurriendo y me dejo de recuerdo un cuerpo que no corresponde con mi mente joven y lisa, con mi mente sin arrugas ni repliegues....
No me reconozco en esta mujer de cenizas que estoy viendo en el espejo, no soy....
Quiero gritar pero grita otra, quiero llorar, pero es otra quien lo hace....
Pedí y todo me fue otorgado, pero ...que dejé a cambio?
Ni siquiera me permito el ocaso en esta vida que se muestra intransigente con cobrarme los años que yo no consumí....
La tristeza lame mis heridas y me sonríe desde sus dientes rotos y rechinantes...
Rosario, viernes 17 de marzo de 2006, 01 AM