Hoy, a medio día,
Como todos los días
Ella entra a la biblioteca.
Como todos los días
a medio día.

Se pasea por los estantes,
Toca, palpa, transfigura,
Lomo por lomo
Titulo por titulo.
Hoy a las doce y cuarto del día
como todos los días,
coge un libro que no ha de leer.
Hoy a las doce y cuarto del día
como todos los días.

Sonríe, acaricia y se sienta,
abre el libro y aspira,
vuelve, respira y besa.
Si pudiera saborear
( con su lengua me refiero)
saborearía.
Abraza, toca y huele,
Si pudiera babosear,
babosearía.

Una por una las letras desaparecen bajo su dedo.
Una por una,
todas las letras
a las doce y treinta del día
como todos los días.

Escucha atenta al libro caer sobre la mesa.
Cierra las paginas,
Cierras las otras
humedece el lomo de sus mejillas.
Imagina la historia, al rey y el final,
Censura, corrige y bota.

Y hoy,
a las doce y cuarenta del día
como todos los días,
para que no se manchen las paginas,
seca el lomo de sus mejillas.
Hoy, a las doce y cuarenta del día
como todos los días.

Se levanta, olvida y camina,
Con polvos maquilla el libro
-que no se den cuenta que la han leído-
y con prisa se marcha,
hoy a las doce y cincuenta del día
como todos los días.