Qué cosas, ¿no?. Y te reías de la nada, y sabías que tu risa callaría mi desidia. No hacemos nada, sólo nos miramos. Me miras, te observo, me sumerjo en tus grandes ojos de ave en vuelo. No hacemos nada, sólo mirarnos (creo que ya lo dije), es que…¡no hacemos nada!. Es como si sólo la mirada nos entretuviera. Me acerco a tus labios pero ¡nada! Sólo contemplarte me satisface. ¿Y ahora qué hago?. De seguro te debes estar aburriendo tanto como yo. ¡Yo!, ¿aburrido?. No sé por qué lo dije. Soy feliz, pero ¿feliz sin nada?. Close your eyes, close your eyes. Te beso, pero en el fondo de mí eso no significa nada. Te aparto, y observo tu ovalado rostro, algo sacaré de tanto mirarte. ¡Oh!, sorpresa. ¿Desde cuando tienes ese lunar en el cuello?. ¡Bha!, ¿y a ti que te dio?, lo tengo desde que nací o me vas a decir que nunca te habías dado cuenta. No respondo, puedo caer en un abismo. Prefiero seguir mirándote, pero…nada. ¡Ahora sí!, te quiero, te amo, ahora sí que estamos haciendo algo. Siempre pensé que las cosas debían ser mutuas.