Los días transcurren sin ningún sentido…a veces, claro que de grandes motivaciones cayó del cielo ese pequeño mundo que es la indiferencia, pero en el jardín el agua se come a las pequeñas flores que nacen, mientras el sol hace la digestión para lanzar su eructo final y calcinar estos cuerpos inertes.
Y leo y leo, y las letras danzan en el libro, algunas se conocen, se aman, hasta que tengo que cerrar el libro por…bueno, lo de la crisis moral. Entonces voy a ver a los estúpidos rayos catódicos enjaulados en una caja con botones. Me acerco a ella, pero comienza a arrancarse, rueda por los pasillos mientras me grita que no le gusta que la vean. Siempre he tenido que soportarla. Lo que sucede es que piensa que ya está vieja y fea. Vieja está, ya que la heredé de mis padres y tarda un minuto en encenderse, pero fea, ¿fea?. Es una malagradecida, todos los días la limpio, le echo lustramuebles, una vez al mes va al doctor, la revisan, y a pesar de todo esto tengo que aguantar cuando anda en “esos días” y correr detrás de ella para poder verla. Claro, y ahora tan re quebrada que anda, todo porque le puse tevé cable y se cree gringa la estúpida ahora.
Pero en el fondo la quiero, llena mis días de ocio. Yo sé que ella también me quiere a mí…la llamo, veeen tevecita veeeeen. Maldita, seguro fue a comer un poco de AC/DC 220V. ándate a quemar cables a otro lado. Mañana, espérate no más, mañana vas a saber lo que es bueno, porque hoy, lo que resta del día, no pienso hacer nada (bueno, en realidad nunca he hecho nada en caso de crisis, para eso está la Noemí). Buenas Noches (17:43 hrs.)