Camino por tus ojos
una estrella baja hasta tu pecho
ilumina mis manos
creando espacios de sangre,
bañándose en tus cabellos
que entrelazan tu pasión con mis besos.
Mis noches nunca fueron luz de tu alma.
Más aún, tus labios me reflejan,
tu saliva, agua de fuentes eternas,
las heridas que ese día tuvimos se esfumaron,
la cicatriz es tu llanto,
lágrimas que aún no busco, que no son tuyas,
y aunque el árbol en el cual nos cobijamos
haya sido talado por tu traición
seguiré inventando ladrillos,
cristales de ojo para lograr verte.
Y la espesa neblina no me oculta,
brillan tus rojas mejillas,
te vas, no esperes,
aún cuando el sol de tu vida
aún cuando tu alma herida
busque mis alicaídas esperanzas,
aguantándose para no caer,
antes de ser
antes de ceder.