Cruza un pensamiento a través del camino,
en mis manos se vuelve agua, y no la tomo, cae
cae a un abismo sin fin, destrozado, humillado.
Vuelve como si nada, y me toma de espaldas,
siento la brisa rozar mi cabeza pero volteo,
no quiero caer en el abismo, ahogarme en esa agua.
Quiero nacer de nuevo, ser una cascada de vida propia,
y navegar por mares infinitos…
nunca es tarde para aprender,
seguiré cogiendo en mis manos aguas de otro mundo,
seguiré dando la espalda a la brisa crepuscular, pero tal vez lo que cambie (pero sólo tal vez)
es que desde ahora yo trataré de ser esa agua, nunca volaré como brisa hacia el fin,
sólo esperaré, esperaré con un solo final,
¿cuál?
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