Cuando yo llegé a esta tierra
la luna ya estaba dicha,
los besos robados
y la nostalgia en un rincón.
Nada pude corromper con mis palabras
-ningún pecho les abrigó-
los dedos adolescentes no les recorrieron ansiosos
y jamás una gota ajena corrió la tinta en mi papel.
Sinembargo yo he atrapado
a pedazos la memoria
envolviendo con cuidado
cada pieza de oropel
cada brillo en tu mirada
cada dejo de sonrisa
en cada nuevo anochecer
por si algún día,
no importa cuándo,
quieres preguntar
cómo era.
Texto agregado el 16-03-2006, y leído por 226
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