Donde todo termina, tú abres las alas,
-en el interior de un libro hay un héroe ofuscado
en un vacío- y
una estrella efervorizando en el fondo del patio,
inagotablemente estrella, y
debe brillar en tus ojos cada vez que los miro.
Como debes cerrar puertas con tu cabeza dulcísima
como un dátil o aceituna,
esdrujando palomas negras entre el ojo y el sueño,
y como debes reir para mañana
con pastizales frescas en la boca.
Tú cordera disfrazada de cordera,
tú cordera que comes lobos con azafránes dulces,
tú niña que cuelgas en la luna
los mas bellos pensamientos, y ruedas
tu carne infinitamente verde por las bocas.
Como haré para perenmizar tu tiempo,
como la edad de Van Goth, por ejemplo,
con su oreja puesta en un frasco de alcohol y besos
en la espera del pincel que se hizo azul
por la noche.