Tengo un problema que me consume, y este año voy a hacer un largo viaje sin retorno (mira su pene).
Adoro las mujeres rubias, las morenas no digamos y que me dicen de las pelirrojas…
Todas ellas son maravillosas me da igual gordas, flacas, pequeñitas grandes.
Pero no consigo (señalándose el pene) hacerlas gozar.
Y que guapo soy y que elegante, con estilo, un madelman.
Pero… (Baja la cabeza).
Mi cosita no funciona y me está consumiendo cada vez más.
Lo he probado todo pensé que era mariquita y todo, pero lo mío son las mujeres y nada más.
De todas formas en el asunto de la masturbación no he tenido quejas.
Pero una hembra necesita el miembro viril (se mira).
No sólo uno se alimenta de un manjar y ya está, mi lengua no me quejo las faenas que hace, pero el manubrio es el manubrio.
Y este ya… (Se mira).
Hace tres meses tuve un susto, me atracaron en el cajero y yo creo que se me encogió.
Antes me llamaban “el gran follador.”
Ahora ni me llaman.
(Desesperado)¡La gente no puede ir por ahí dando esos sustos hombre!
Así que he deliberado (aparte) que si la asusto un poquito.
Saca una pistola del bolsillo y se apunta el paquete.




TELON