Es imposible que la vida y la conciencia hayan sido originadas de un ser que no contenga en sí lo mismo o más. Si creemos que ese ser solamente puede ser Dios olvidamos que nacimos y provenimos de la Tierra, que nuestro engendramiento, llámese químico y evolutivo, sucedió aquí y no fuimos importados desde ninguna otra parte. Por lo tanto nuestra materia y forma proviene únicamente de la Tierra. Debemos tener en cuenta igualmente que si el ser del que provenimos, materia y forma, tiene un lapso de vida inmensamente superior al nuestro, no nos será fácil comprenderlo y no tenemos modo realmente de saber si está vivo o no. Su estructura y sus sucesos nos lo explicamos geológicamente; equivale a explicar a un ser humano químicamente, y de ahí redundar que si podemos explicar a un ser humano químicamente demostramos que no tiene vida, que no es más que un objeto lleno de proceso químicos, así como la Tierra es un objeto lleno de procesos geológicos. Explicar a la Tierra geológicamente, y sus transformaciones, es igual a explicar una arrechera como la aparición de una alta dosis de adrenalina en el objeto humano (confundimos los efectos por las causas). Sabemos (los humanos) que estamos vivos porque somos semejantes, nos movemos y nos expresamos y tenemos velocidades semejantes. Pero, si fuésemos mucho más lentos, un ser muy veloz dudaría de que estuviésemos vivos y nos explicaría químicamente - (por la diferencia de velocidades se pierde toda referencia de semejanzas, imposible que un ser cuya vida dure el mismo lapso de tiempo que yo necesito para levantar una mano pueda concebir o llegar a saber que estoy vivo… necesitaría un esfuerzo supremo de conciencia).
Ahora bien, el ser humano es bebé, niño, joven adulto y anciano; nunca es la misma cosa la que se mueve químicamente, nunca se está viviendo el mismo proceso químico, a través del tiempo nuestros procesos cambian, se modifican, sufren o generan en sí mismo alteraciones… si se fue bebé alguna vez no se vuelve a serlo, si se fue joven y paradisíaco (químicamente) no se vuelve a serlo. Si cambiamos no se puede deber a la “culpa” que puedan tener hipotéticos seres minúsculos y veloces que hipotéticamente puedan habitar en nosotros. Cambiamos porque es la naturaleza de lo vivo y todo lo vivo cambia por si mismo – suceden cambios en el proceso químico.
Se dice – en un intento por ubicarnos – que el ser humano salió del barro, no es difícil comprender la imagen: fuimos creados por la tierra porque nuestra materia surgió de ella (no me ocupo ahora de la fuerza que nos hizo surgir de la tierra, no lo sabemos, si es ella misma u otra fuerza que domina en su “sabiduría” a todas las fuerzas). Pero todo lo vivo terrestre nació del barro, las serpientes, las ballenas y los mosquitos. Es más fácil creer que nos creó un ser homogéneo, Dios Padre antropomórfico como Dios (porque la humanidad es en sí, dentro de ciertos parámetros, homogénea), que creer que surgimos de la heterogeneidad de la Tierra.
Ello significa que nuestra materia es sólo un aspecto de la Tierra. Hasta los Dinosaurios tuvieron su Paraíso (el tiempo en el que se desarrollaron y fueron felices siendo libres y ellos mismos a su manera) y también lo perdieron (podemos interpretarlo como un cambio químico forzoso de la Tierra del cual no sobrevivieron, pero todo paraíso se pierde por un cambio “químico” que ocurre en el ser en el que vivimos… recordemos que el homo sapiens tiene más de cien mil años habitando el planeta).
Así que la Tierra pare su heterogeneidad en una enorme gama y variedad de todos sus aspectos. Es una matriz reproductiva de sí misma. Así, que hermanos de la misma madre, incomprendidos por nosotros, tenemos por bojote. Si los comprendemos o no como seres, materias y formas, surgidos del mismo seno del cual surgimos, pero distintos a nuestra materia y forma (lo que constituye nuestra homogeneidad), bueno, es un límite que nos impusimos.
Si la Tierra es un ser vivo (y no me explico que la vida provenga de un ser que no esté vivo en sí mismo) entonces a lo largo de su incomprensible vida sufre o genera cambios en sí misma y es imposible que sea siempre la misma, es decir, que sea solamente una roca muerta sobre la cual suceden cosas. Al sufrir cambios o generarlos en sí misma, entonces las condiciones de vida de los aspectos de ella misma generados por ella misma bajo la forma de seres, sufren también trasformaciones. Es decir, se altera nuestra condición de vida y otro aspecto de la Tierra cobra más fuerza.
Desde que podemos tener cuenta, recuerdo, el aspecto de la Tierra contenido en el ser humano pasó al aspecto de la Tierra contenido en la Serpiente – imágenes del suceso existen y fueron plasmadas en distintos puntos del planeta en un período mismo de tiempo – y de la Serpiente (el aspecto de la construcción, del signo, de la división en parcelas, etc.) saltó de un solo golpe al aspecto de ella contenido en los insectos. Por ello, a pesar de que no lo comprendamos, el sistema imperante actual del mundo, si lo buscamos en la naturaleza solo podemos hallarlo en la estructura natural de los insectos… no es necesario tener mucha imaginación para darse cuenta cual es la copia que estamos creando en grande del modelo natural, la yuxtaposición es más que obvia, desde satélites mosquitos, hasta termiteros gigantescos hasta el mismo metro, la comunicación mediante antenas y un largísimo etc.… una autopista no se diferencia del paso de hormigas por la selva. Que lo que llamamos nuestra evolución sea producto de un ciego obedecimiento a un otro aspecto de la misma materia madre de la cual surgimos, es una agradable sorpresa.
En otras palabras: hemos tenido, inconcientemente, que trabajar en la construcción de una otra forma que no es la nuestra, que no es nuestra esencia, que no nos pertenece, pero que pertenece al ser sobre el cual habitamos que es el mismo ser del cual surgimos. Es, un otro aspecto del ser del cual surgimos y que tiene su imagen en los insectos y en todas sus funciones, entre las que está la transformación de la materia.
Surge, en la imagen bíblica una contradicción al ser este tema tratado bajo el concepto de la culpa y del pecado original: Si suponemos que Dios es el molde humano, el sumun de la homogeneidad humana, la pérdida del poder de lo que ejecuta nuestra forma viene, en el no entedimiento de lo sucedido, acompañado de la sensación de castigo. Pero, si consideramos la heterogeneidad de la Tierra y si consideramos que todos sus aspectos se suceden en un orden lógico que es la propia vida y los cambios del planeta (del planeta, no del ser humano), entonces la culpa y el castigo como conceptos se pierden y quedamos contenidos entonces en la Tierra por su heterogeneidad y su lógica implícita en su vida.
Según algunos Dios es el molde humano, pero nuestro molde surge de un fundamento creador de muchos aspectos de ella misma, es decir, de un fundamento generador de moldes. Satán, por lo que se infiere, es la religiosidad que no pertenece únicamente al molde humano, es decir, es conocimiento de la incomprensible heterogeneidad de la existencia, significa que Satán es un ente vinculante entre lo humano y fuerzas que no pertencen a lo humano pero sí a la totalidad
Si no hubiésemos cedido, si no nos hubiésemos dejado engañar por Satán y por el amor y la sabiduría de Eva, si no hubiésemos cedido, repito, alguna vaina rara nos habría matado a todos, por cobardes inútiles aferrados a la teta, para que sin nosotros se hubiese podido continuar efectuando la evolución natural del planeta… sus necesidades químicas, su requerimientos internos que no necesita de explicárnoslos.
Por supuesto, Dios es necesario, él nos lo explicó todito de la manera más correcta… y secará nuestras lágrimas cuando nuestra esclavitud inconciente haya terminado. Porque eso es otro tema: el sentido de la Tierra obedece a un sistema más grande y absolutamente todo quedará justificado, pero mientras tanto deberemos quedarnos obedeciendo ciegamente a fuerzas e impulsos que no comprendemos, ni su origen verdadero comprendemos, mucho menos su significado (sólo sabemos que tener dinero se siente bien, que producirlo, trabajar, nos da un sentido… solo sabemos eso y ante eso nos movemos, por ejemplo). Es decir: Deberemos continuar evolucionando en la ignorancia más aterradora que podemos llegar a concebir en la más terrible de las pesadillas y solo cosas tontas nos puede hacer sentir bien… pero bueno, como se dice: pá lante, hay que seguir evolucionando…
Si quiero comenzar a morir voy comenzando a producir mis propias canas, si algún micro microbio o sustancia me ayuda en eso, aunque sea ciegamente, mejor todavía, si no lo entiende, será por siempre agradecido, o, si no es agradecido, siempre se ganará algo. Se agradece a quien hace y ejecuta lo que debe hacerse y no entiende, pero lo siente, porque lo obedece. Nosotros, ahora, Producimos.
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