SIN TITULO
Andrea de la Riva – Agüero Fuentes
Esa niña nunca lloró, bajó por las escaleras nada más.
Acostumbraba salir temprano en busca de diversión, sana en ese entonces, pero inevitablemente se encontraba agobiada, nunca lo descubrió, nunca.
Hasta el día de hoy.
Y es que sencillamente no encontraba explicación para lo que le pasaba, y ahora simplemente no le sucedió nada, solo que la imaginación la trasladó a otro mundo.
Ella se encontraba de verdad sola, pero decía que hablaba con su ángel y hasta nombre le había puesto, “linda niña” le decían todos pero la verdadera historia nunca se supo.
Caminó por una zona repleta de gente pero siempre vacía, y a cada persona como se acostumbra por ahí, no se le llama por su nombre, sino por lo que parece: loco, borracho, etc. Y a veces por lo que son: feo, negro, gringo, etc., pero nunca por su nombre.
¿Cómo llegó a parar ese día ahí?, de repente simple curiosidad pero sobre todo, ¿Cómo su ángel se lo permitió? , ella entró niña aun, “linda niña” todavía; al edificio más abandonado, más cochino del mundo, y sin ni un solo ángel.
Mientras entraba, mientras subía, sus pasos ya eran ecos y se escuchaba un sonido a lo lejos, un “tac” como a los que rara vez se le toma importancia.
Habitaciones desoladas; un olor a guardado y una sensación de soledad prematura. Escogió la menos solitaria, la que tenia un colchón viejo y chico - la mayor parte de éste, rota -, un colchón al que jamás se le hubiera ocurrido ni siquiera rozarlo, ahí se echo y durmió.
¿Cuánto tiempo habrá pasado? ¿Cuántos ángeles olvidados?.
Pasaron algunos minutos para que se acordara de todo, pero las cosas no estaban iguales. Nunca se tapó con ninguna frazada ni mucho menos encendió una vela. Al sentir todo diferente entreabrió los ojos para ver si encontraba a alguien, se quedó estática, pues parecía estar sola, una ves mas.
Ahora las ventanas tenían cortinas. ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Y por qué no se despertó? Deduce que es muy tarde por el sonido del silencio que siempre se escucha en la noche y que puede ser la mezcla de lo que nunca se oye, o ecos de sonidos que fueron en el día, o simplemente un refrigerador descompuesto.
¿Qué debía hacer?..No le quedaba nada mas que esperar ¿O salir huyendo?, pero sucedió. Apareció alguien , no se fijó en nada, simplemente tenía tanto miedo que sus ojos estaban a punto de estallar pero tenía que contenerlos, no podía más y sus extremidades empezaron a temblar. Se dará cuenta que estoy despierta – se dijo -… me matará….
Muy por lo contrario, sintió caricias que la revivían, caricias de una madre a la que se extraña o de un padre que se fue y no vimos más, caricias que solo se sienten una vez y casi siempre cuando se es niño y casi siempre después te das cuenta que no están cuando no las recibes más.
Tomaba su pelo, delicado y largo desde la raíz, acomodándolo detrás de sus orejas suaves. Está de más decir que no se dio cuenta que estaba totalmente despierta, pero como aquella presencia no le hacia daño alguno, eso la aterrorizaba a tal punto, que sus lagrimas acumuladas no dejaron de salir en un buen rato, definitivamente estaba despierta.
- No llores, no abras los ojos, sólo respira, niña, linda niña.
Y le secó las lágrimas
Era una voz irreconocible, no se podía distinguir la edad, sexo, nada, y su tacto, tan extraño, tan imposible.
De un momento a otro, se asustó pero estaba tranquila, no habían sonidos ni nada.
Pétalos de rosas rojas perfumadas de amor caían en su rostro. Estaban pasando cosas demasiado inexplicables. Y lo dijo o lo pensó, no lo sé. Frases que uno siempre llega a decir tarde o temprano….
… “¿Por qué no te dije lo que debí decirte cuando me escuchabas todavía?... ¿Por qué me tuve que dar cuenta que te perdía lentamente y por pedazos?¿Por qué de un momento a otro no sabías hablar y me balbuceaste algo? Y nunca sabré que fue ¿Por qué siento tu ausencia acorralándome contra la pared? Es pura tontería que vivo entristecida, y que me tortura tu recuerdo...
Abrió los ojos y solo vio sus manos, eran suaves, blancas, uñas con manchas, manos con pinchazos, aquellas manos…solo le vi las manos
Me desperté!!!.... ¿Y qué hacía ahí echada?
Y sí, había frazada sí había vela y pétalos regados pero ni cuenta se dio.
Ni cuenta me di.
Por Dios! Me voy de aquí ¡Que asco! Cómo me pude quedar dormida.
Bajó, baje las escaleras. Me parece que de nuevo el sordo “tac” retumba las estrechas escaleras empinadas. ¿Ahora comprenden porque mi corazón no late al mismo ritmo?..
- Me voy a casa... ¿Pero dónde esta mi casa y dónde mi cordura?
La niña nunca lloró, bajo las escaleras nada más.
Si, nunca lloré, baje las escaleras solamente.
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