Curioso petrel que avista tus labios,
Lábil imagen de tu sed encadenada,
Y yo aquí escribiendo mis años,
Mientras que tu sombra en Capricornio se vuelve nada.
Hace tiempo te llevo en mi interior,
Es la imagen de tu reflejo en borroso espejismo,
Sin abandonarte acompañas mi calor,
Robando mis sueños al borde del abismo.
Esperándote en lugares diferentes,
Soñando por las noches solo contigo,
Ahogando valor sin hiedra para secar inconvenientes,
Pues mi anhelo es llevarte por siempre conmigo.
Te guardaría en cada bolsillo de mi corazón,
Bajo llave en mi silencio para escucharte atento,
En mi piel para acariciarte sin razón,
Y en mi boca para besarte en cada momento.
Sé que no te abandonaría,
Un diamante sobre tu dedo,
Es la vida imposible que yo quiero,
Y que por conseguirla el sol apagaría.
Desearía en este instante que aparezcas a mi lado,
Que asciendas al doble sueño unitario,
Y que mis heridas selles con el ocio del eco de tus labios,
Dándome un beso como el llanto espontáneo.
Sé que podría llevarte conmigo,
Hasta en mi reloj para verte a toda hora,
Entre mis ropas para que seas mi abrigo,
En un minuto de sueño para soñarte ahora.
Ya solo puedo llevarme tu recuerdo,
La ilusión de un amor correspondido no se resigna,
Y al llorar sangre por tus pétalos me pierdo,
Pensando que la vida de este poeta ya casi termina.
Aunque te extrañe y te quiera a mi lado,
Por más que mire una lluvia de estrellas para verte,
Que desangre mis palabras bajo el fuego por tenerte,
Sé que mi “te amo” en tu silencio sí quedará guardado.
Pero en este momento no sé dónde estás,
Aquel que no te ama te tiene consigo,
Y luego sin piedad te abandonará atrás,
Y yo en mi soledad... queriéndote llevar conmigo.
Mis lágrimas cristalinas susurran tu ausencia,
Un mar cobre me muestra el frío,
Guardaré como siempre tu voz en mi conciencia...
Y tu bella mirada de mujer por siempre la llevaré conmigo.
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