Vacía sensación que no sabe obedecer,
Centenas de plegarias fútiles se funden en el que se yo,
Colores desteñidos sobre el cielo sin atardecer,
Tu cuerpo envuelto en seda de ilusión… y yo sin querer ver.

Los caminos son ligeros mas lentos son mis pasos,
Recorrido lejano que se pierde en la distancia,
Mis botas cansadas con recuerdo de mil jardines escasos,
Un pañuelo de estación, dos poemas tristes y mis ojitos tristes sin descanso.

Algún día vendrás por mi rescate cuando se seque el tiempo,
Mientras... los minutos pasan sin yo poder comprender,
Tal vez y solo tal vez la luz resol oprimida se vuelva a encender
O quizá solo me quedaré… esperando, observando la edad del viento.

No sé aún si me encuentro de este o del otro lado de la vida,
No consigo denotar si estoy sobre o bajo las nubes del desierto,
No sé si mis mismos ojos permanecen despiertos o dormidos,
Quizá solo esté de este o del otro lado del sueño eterno.

Hay una lágrima que murmura tu nombre en mi mejilla,
Un suspiro peregrino y agitado que ruge por tu ausencia,
Dos manos sedientas de caricias sílfides sobre tu presencia,
Y dos ojitos tristes que no conocen el secreto de tus cosquillas.

Pensamientos que se encienden y poemas que renacen de un olvidado cajón,
A veces creo poder rozar las estrellas y percibir un noveno sentido,
Hasta quisiera crear una metáfora que sea poetiza de mi corazón,
Para perderme en la paz lúgubre de mis sombras y llevarte conmigo.

Creo encontrarte pero te desvaneces entre mis manos como el agua,
Anhelos de ser el emperador sublime de tu imperio súbdito,
Así… mientras las calles oyen el recuerdo que mis labios silban sin tregua,
Hasta que el tiempo se haga trizas y las estrellas pierdan su luz y su paciencia.

Pero el cuero desgastado de mis botas ya no quiere dar un paso más,
Mi sangre paulatina y mi oxígeno titubeante esperan por tu llegada de huellas grises,
El tiempo a la reversa y un abrigo que se descose dejando la esperanza atrás
Sin embargo los cielos sempiternos me atisbarán aguardando por tu existencia,
Mientras estaré con el corazón adormecido, el alma cansada y con los ojitos bien tristes.