El hombre volteo hacia donde se ocultaba el sol. Cerró los ojos, miles o tal vez una sola imagen acudió a su mente. Una fuerte palpitación agito visiblemente su pecho. Unas gotas de sudor aparecieron en su frente, la pasión del recuerdo lo golpeó. Fue tan breve el encuentro y la reminiscencia era tan viva. Ahí estaba ella, presente, exigente, provocativa y demandante….. Nunca podría olvidarla. Metió su mano al bolsillo y la vio nuevamente………. ¡La maldita cuenta del teléfono de cada mes!
Texto agregado el 15-03-2006, y leído por 415 visitantes. (22 votos)