Cuando pensé que me moría...
- Señor doctor, necesito que me haga todos los examenes necesarios porque desperté hoy con el pecho algo inflamado. Me asusté y corrí hasta su consulta lo más rápido que pude -Continué hablando con angustia.- Doctor, estoy realmente desesperado, no sé que puede ser... mire!!
-Tranquilo hombre, tómese estas pastillas que lo aliviarán de inmediato. Vamos, siéntese y descanse mientras yo me lavo las manos, sáquese la camisa y espéreme en la camilla.
Una vez auscultado, me dirigí a hacerme los examenes de rigor.
-(3 días después)-
Luego fuí a buscar los resultados y nuevamente paso donde el doctor.
- Como está doctor? le traigo los exámenes.
- Tome asiento y tómese estas pastillitas para que lo alivien.
- Gracias doctor.
Una vez leídos los exámenes, el doctor con una cara de espanto se sacó los lentes y me miró fijamente con una mirada siniestra. Su bigote brochoso, como un blanco telón, puso mueca de que algo terrible estába por salir de ahí.
- Mire joven, según estos exámenes usted sufre una cardiomiopatía hipertrófica.
Lo miré extrañado, y seguí sin comprender.
- Verá usted... también se conoce como estenosis subaórtica hipertrófica idiopática... sabe?
Al notar que yo no me inmutaba y no colocaba la cara de espanto, que seguramente por costumbre colocan sus pacientes al escuchar semejantes diagnósticos, suspiró y puso esta vez una cara mucho más tenebrosa. Abrió los ojos, arqueó sus copiosas cejas y con voz sepulcral me dijo:
- Usted tiene un corazón más grande que el normal de las personas, pues hombre. Si sigue creciendo puede llegar , inclusíve, a salírsele del tórax en una gran explosión de sangre y tejidos musculares. Una escena que ya se la quisieran muchos de los productores de películas de terror...
Después de una fúnebre pausa, prosiguió.
- Dígame usted joven, vió la película... Alien?
Ahí pude comprender lo que quería decirme el doctorcito, pero aún seguía impávido y con el rostro dormido.
El señor me vuelve a repetir y explicar que es algo gravísimo. Tratando de infundirme terror con sus tonos y acciones tétricas.
Después de pensar y pensar, en unos pocos segundos el por qué de mi enfermedad, me paré y le dije:
- Ya doctor, gracias por todo... nos estamos viendo.
- Pero te puede explotar en cualquier lugar pues hombre!! Tú no sabes cuando!!... Además tenemos que ver las razones de ese crecimiento y como poder remediarlo para que...
-No doctor -le interrumpí -. La razón de mi malestar ya la sé.
Al galeno le aumentaron de tamaño los ojos. Ja! una ocularitis hipertrófica pensé, y agregué:
- Incluso creo que me molestaría más el hecho de la incomodidad para dormir. Este síntoma se debe a que me enamoré de una bella mujer, y aunque no la tengo cerca, mi corazón está henchido porque le estoy guardando todo el amor que ella se merece día tras día. Y como no se lo he dado a nadie más, entonces creció mi músculo palpitador. Cuando ella llegue el mes próximo me sanaré por completo, pues le entregaré todo ese amor y mi corazón volverá a la normalidad. Ella será mi medicina doctor, mi más pura y verdadera medicina, gracias.
El doctor con cara de espanto, agarró el frasco con las pastillas que me ofrecía y se tragó un puñado al tiempo que se tomaba un vaso gigante de agua.
Yo en cambio, salí a la calle y un lindo atardecer se abría ante mis ojos, ofreciéndome un majestuso y esperanzador saludo.
Con el corazón hinchado y pleno de ilusión pasarán los días y caminaré peinando calles mientras silbo una canción. Esperando el momento que ella llegue.
Me retiré de la consulta feliz de saber que mi bóveda de sangre y pasión era capaz aún de elasticarse, y de esa forma tan gigante. Que forma!
Y saber además que todo ese amor acumulado en estas semanas será exclusivamente para mi reina.
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