Tense el musculo bajo mi nariz y contraje la musculatura oculta bajo mis mejillas, mi labios, que normalmente forman entre ellos una linea paralela al suelo, se torcieron, dejando los extremos de esta linea en un punto mas alto que el centro. Me quede quieto, quieto como el miedo, en medio de tan extraña pose. La mantuve, fria y dura. Era mi sonrisa, a continuación baje mis parpados un poco mas de lo que usualmente lo estan. Espere el momento oportuno, espere que mi presa estuviera lo suficientemente cerca, a una distancia que no lograra escapar del desgarre de mi mueca. Solo cuando estuvo ahí, a menos de un metro y con su distraida mirada atravesandome, me di al ataque. Con un movimiento lleno de gracia (o lo mas gracioso que me permite mi destreza) abri mis ojos rapidamente, acompañado de un arrugamiento en mi frente que trae como concecuencia un levantamiento de la linea de pelos que sobrevuela mis ojos. Al mismo tiempo que contorsiono la parte alta de mi rostro, levanto aun mas los extremos de la linea que forma el choque de mis labios, para quedar sumergido por un segundo con bizarro semblante. Mi presa se queda mirandome por una fraccion de segundo, la suficiente para comprobar que ha sido testigo del cambio en la distribución de mi rostro, pero pasa a mi lado como si nada hubiera ocurrido en ese momento. Me dejo frio, ella paso obviando el evidente trabajo muscular que habia ocurrido bajo mi piel, y me quede ahí, con absolutamente todos los musculos relajados (o con cara de imbecil). Estaba en eso cuando veo que se acerca otra presa, paso rapidante mis dedos por mi pelo, como se lo estuviera arando, y me dispongo a atacar denuevo, pues no hay arma mas desgarradora que una sonrisa. |