Disculpara usted querido lector, si es la primera vez que me lee y encuentra en mis textos el rastro inocultable del gusto y el enamoramiento, y si es usted lector frecuente de mis letras pero el romanticismo no es su fuerte sepa también disculparme. Me permito a continuación “explicar” (si es posible hacerlo con algo tan subjetivo) el porque de esta tendencia en mis palabras

Mis palabras como fiel reflejo de lo que soy tienen tendencia a lo melancólico y triste, a lo esquivo; han estado cargadas de dolor por mucho tiempo al igual que yo pero ahora nos encontramos más livianas y libres estamos renaciendo y ellas se han teñido de todos los colores propios del querer que iluminan el cielo personal, lo encontré meses atrás y no logre negarme al embrujo de su mirada, a la cadencia de su voz a la emoción en sus palabras. A él, he podido entregar mis sentimientos, abrir mi corazón y empiezo a descubrir lo bello que es ser correspondida, sentir que te necesitan y extrañan. Esta soy yo cargadita de sentimientos y de sensaciones, una mujer que conserva a una niña dentro de si que la lleva a lugares desconocidos a acciones en las que no se piensa pero se siente y se disfruta, sin perder de vista a la mujer que estoy construyendo esa a la que no le importa tener un cuerpo de medidas perfectas o una cara de muñeca, a la que con un te quiero le basta para sonreír y continuar esta soy yo, enamorada, romántica y apasionada, así vivo día a día conociendo el amor, la entrega, viendo como construyo un presente abonando el terreno para el futuro.