Esta vez no hablaré de tu dolor ni tu tristeza
sabré del tiempo que nos mecía en invierno como una ola infinita
sabré de tu paso y no diré nada
callaré desesperado por que te vas y no es tu culpa

sabré que fuiste mi chiquilla encantadora alguna vez
-sí-
que fuiste la enamoradora vocecita que crecía en la campiña
un fugaz vuelo de melancolía

serás real entonces
y tus pasos serán el camino que recorra todos los días
para terminar en un paradero desconocido
porque te vas
y yo
no hablaré del dolor ni la tristeza
de la culpa que otorga la partida
porque te vas
y en tu dolor está tu canto de despedida

fumaré un cigarrillo en una calle incierta
apoyado en un árbol lleno de penas como flores
temblaré de incierto y nostalgia
le diré al viento “es el frío, que me ajena”
pero sabré que la lágrima que brota en el oriente
y en mi pecho
es porque te vas
o porque ya te has ido.