Eran las 1.30 de la madrugada. Había terminado el espéctaculo teatral al que habíamos asistido, después de unas sonrisas los dos nos percatamos de la fecha en la que habíamos entrado.-Ya es el día, hoy es 11 de Marzo. Dijo ella.

Aquella noche misteriosamente las cervezas estaban más calientes, la música no nos animaba como otros días, todo era diferente, podría haber sido que éramos víctimas del cansancio acumulado durante toda la semana o que simplemente los recuerdos golpeaban más fuerte de lo normal.

Camino a casa comenzamos hablar, los dos nos escuchábamos y hablábamos aténtamente de lo que sentimos al enterarnos de la trágica noticia, hacía ya 2 años. En la costa Norte Ella, en la costa sur, yo; 1.000km y en medio Madrid, con sus historias y
vagones destrozados.

He sentido pena esta mañana cuando al levantarme, el otro lado de mi cama estaba vacío. Sin nadie que me sujetara tendido, ayudándome a no sentirme tan sólo en aquella lucha interna de la búsqueda de un ¿Por qué ha ocurrido todo ésto?

Apenas se ha recordado en mi ciudad la tragedia, como si nos doliera recordarlo, como si el olvido fuera la solución, como si mi tierra haya recaído en la amnesia que ya una vez nos costó despertar.