Tú, mi pecado,
¡Qué eternidad hallo en tus labios!
Es imposible olvidarte en un segundo
Si en tus brazos me desmorono.
¡Ay! No me muerdas
que pierdo la razón,
que me congelas con tus ojos
llenos de pasión.
Me embriagas de lujuria
Con tu boca dulce, gruesa,
Con tu lengua traviesa
Me encandilas y me atormentas.
Qué sabía yo que de ti
Debería privarme,
Porque no eras para mí
Loco animal indomable
Texto agregado el 11-03-2006, y leído por 206
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