Toda una vida caminando
Hacia un futuro incierto
Y, siendo esa escasez de certeza
La que me ha ocasionado miles de traspiés,
Aún sigo andando,
Precisamente por no saber.
Son esas botas sucias
Las que me han acompañado siempre,
Unas veces más o menos llenas de mugre
Y otras veces relucientes.
Pero el brillo es cegador,
Nubla mis ideas,
Mi consciencia, mi ser...
Y yo camino,
Pateando las calles,
Untando de sangre
Las más que desgastadas botas
Y escupiendo,
Y frotando,
Pero están rotas,
No sucias, ¡rotas!
Desgastadas quizá,
Hartas ya.
Es la hora de aparcarlas
En cualquier rincón,
Sin atreverse a mirar atrás
Y aunque estén sucias o rotas
No hay otras.
Son esas las que me han mantenido,
Las que me han llevado y sostenido
Firme,
Contra la gravedad,
Apretadas hacia el suelo
Hablando solamente al andar,
Pero no tienen nada que decir.
Y eternamente se oirá su lamento
Cada vez más adentro
En ese oscuro trastero
Que cada vez cuesta más pisar.
El calzado es lo de menos
Y es lo que ha supuesto más.
Extraído del libro "Bajo la Piel del Alma" de Víctor Morata Cortado
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