Hastío, dolor
Lágrimas que quieren nacer
Y no pueden
¿Por qué? No lo sé.
Un sabor amargo
Sube por la garganta
Apretando el estómago
Un martilleo entre los ojos
Una nube en la cabeza
Y no puedo, no puedo.
Me aprieta el corazón
Es un día gris
Y sin querer fumo
A ver si con el humo
Se aleja la desesperación
O se enturbia
Dando paso
A un buen trago de calor
Estremecedor, alentador.
Una brasa es lo que queda
Y una astilla sin arder
Ignífuga al color,
A la alegría, al sabor.
Un soplo de aire fresco quiero
Puro, redentor
Que avive la llama
Creando un fuego
Eterno, con candor
Que ilumine este camino
Mientras ande
Y es preciso que no tarde
Porque oscuro ya estoy
Ciego y sin destino
Negro desamor.
Cuánto deseo que llegue el brillo
No el de las cuchillas,
La guadaña o las espadas
Sino el de un corazón
Abierto a mi viejo alma
Que lo aloje sin traición
Sin darle más frío del debido
Suspirando con mi canción
Eso es lo que quiero
¡¡Calor, calor!!
Que en mí solo hay invierno
Infierno, qué sé yo
Una vida nueva
Un cambio, a mejor
Con lagos de pasión
Un vistazo hacia el futuro
Un futuro alentador
Una pluma entre mis dedos
Una hoja que me espere
Unas cuerdas en madera
Unas notas en mi voz
Todo esto sea uno
Una sola inspiración
Una fuente interminable
Que me llene cada poro
Que me abrigue de expresión
Y no pare,
No se agote
No me acabe
Sin probar
Sin saber
Que hice lo que pude
O al menos lo intenté
Pero no caí rendido
Y a mi pena me entregué
Porque mientras siga la Luna llena
De ella yo me llenaré
Y aunque noches negras vengan
Solitario o no, venceré.


Extraído del libro "Bajo la Piel del Alma" de Víctor Morata Cortado