Es este desarraigo 
Llamado País, el que me duele. 
En la camisa de la piel, 
En el traje de la indiferencia. 
Dolor de horas nomás, 
De ayer, de ahicito, de aquí nomás, 
Que sube por las piernas 
De sus provincias pobres, 
Y se aloja en el Pecho  
de sus villa miserias ricas. 
En el hombre de hoy, de todavía, 
De vino, de mugre, de sudor. 
 
Es este desarraigo 
Llamado País, el que me duele 
En los bolsillos de sueldo que no alcanza, 
En los pies, de la muerte que acecha, 
Allí, en la tucura de Santiago, 
En la tuberculosis del Sur, 
En el rastrojo del campo, 
Y lo siento en las manos 
Del hachero del Norte, 
Del chino en la viña, 
Del surco, amargo de caña. 
 
Es este desarraigo 
Llamado País el que me duele. 
Y la cabeza me estalla en el dolor, 
Transitado, apurado, ciego, 
De esa capital que perdió  
sus Buenos Aires 
En el smog de un puerto cadáver 
Parado sobre sus viejas sucias aguas. 
 
Es este País, llamado desarraigo 
El que no encaja, en el dolor 
De tantos ojos, manos, bocas,  
Orejas, sesos, cojones, piernas, 
Madres, hijos, tías, primas, amigos, 
Conocidos, putas, transitados hombres, 
Que tiene la piel de camisa 
Y la indiferencia de traje… 
Y el País… de desarraigo  |